Las Fundaciones han sido definidas como organizaciones sin fines de lucro, que por voluntad de sus creadores, destina una parte de su patrimonio, para alcanzar un fin, de interés general y que los beneficiarios, bien sean, organismos o personas naturales, se les apoye de diferentes formas, puede ser económico para intervenciones quirúrgicas, donaciones alimentarias, deportivas, en medicinas o en equipos ortopédicos.
Con esa filosofía, de ayudar a otros, creció la familia Capriles de Maracay, porque a través de esta figura han venido aportando, desde mediados del siglo pasado, han apoyado a muchas instituciones de la ciudad de Maracay y a particulares, a fin de que la colectividad, en la medida de lo posible, tenga una mejor calidad de vida.
Según nos cuenta el doctor Tulio Capriles Mendoza, joven que tiene la responsabilidad de todas empresas de esta familia en Venezuela, la primera Fundación fue creada por sus abuelos paternos, Alicia Hernández de Capriles y Tulio Capriles Senior, quienes con su don de gente y con la sensibilidad que tenían por el prójimo, decidieron apoyar a varias organizaciones de la región, sin descuidar, por supuesto, a sus trabajadores quienes siempre contaban con ellos en sus necesidades, extensivas a sus familiares.
Mi abuela era una mujer muy noble, pero de carácter fuerte, y ella jamás permitió que un empleado de su casa o de cualquiera de los comercios o empresas que gerenciaba su esposo o sus hijos, se despidiera en el mes de diciembre, porque ese era el mes del amor, del compartir, del perdonar. Hay una anécdota muy particular, de un empleado que fue despedido de una de las empresas, por haber cometido una falta grave, y ella ordenó, y así se cumplió, que lo devolvieran a su cargo y en enero tomaran la decisión que fuera.
Esta Fundación -indica- apoyaba mucho a los niños y ancianos, a las monjitas y muy especialmente a un colegio de niñas huérfanas que ha funcionado siempre frente al Teatro Ateneo de Maracay, donde por años estuvo al frente la Madre María de San José. Las donaciones de esta Fundación a todas esas instituciones, se mantuvieron en el tiempo, ellos fallecieron y mi padre continuó con tan importante acción, hasta que él también se despidió de este plano terrenal.
Siguiendo con la necesidad de ayudar al prójimo, mi padre, Tulio Capriles Hernández, también creó varias fundaciones y muchas de ellas incluía la de construcción, promoción, remodelación y mantenimiento de la planta física de varias instituciones médicas de la región, como son la del Centro Docente Cardiológico de Maracay; la Asociación de Diagnostico en Medicina (Asodiam), la Cruz Roja de Venezuela, el Hospital de Los Samanes, el Hospital Anticanceroso y Canaobre entre otros. A través de estas Fundaciones se lograba igualmente prestar el servicio de manera gratuita, a personas de pocos recursos económicos, e igualmente apoyó a muchos médicos del Centro Médico Cagua, con el financiamiento de equipos de última generación.
También papá creó la Fundación los Toros de Aragua para apoyar a los jugadores y a los niños y adolescentes que querían incursionar en este deporte.
Ahora -continúa nuestro entrevistado- me ha tocado a mi crear también varias fundaciones, son dos, una denominada Capri Ayudas, para favorecer a los trabajadores de todos nuestras empresas en Venezuela, y otra la de Una mano amiga a través del diario “el siglo”.
Desde Capri ayuda, apoyamos a nuestros trabajadores en el área alimentaría y de salud. Mensualmente cada uno de nuestros empleados recibe una bolsa de comida bastante completa para apoyarlo a él y a su familia y le damos también asistencia de salud en situaciones quirúrgicas y medicinales.
La otra fundación es la denominada Una Mano Amiga, donde el necesitado le cuenta su historia a un periodista, el diario la pública y de esta manera servimos de enlace con los encargados gubernamentales del caso, o nosotros por cuenta propia, le prestamos la ayuda necesitada. Este año hemos apoyado a más de 300 familias, finalizó diciendo el doctor Tulio Capriles Mendoza.